Enfrentar angustia emocional debido a acciones tomadas por una ciudad puede ser abrumador. Ya sea por negligencia, discriminación abierta o un evento traumático que deje un impacto psicológico duradero, las personas a menudo se preguntan cuáles son sus derechos y opciones. De hecho, es posible demandar a una ciudad por angustia emocional, siempre que se cumplan ciertos criterios legales. Los aspectos clave incluyen demostrar una causa intencional o negligente de angustia emocional, lo que forma la base para solicitar una compensación por sufrimiento mental y angustia.

Navegar por el proceso legal para presentar reclamaciones por angustia emocional contra una ciudad requiere una consideración cuidadosa de varios factores. Quienes buscan compensación deben proporcionar pruebas sólidas del trauma emocional, lo que puede incluir registros médicos, declaraciones de testigos e incluso el testimonio de un terapeuta o psiquiatra. La naturaleza de la angustia, ya sea vinculada a una conducta extrema y escandalosa o a formas más sutiles de negligencia, desempeña un papel crucial en el éxito de la reclamación. En muchos casos, demostrar una angustia emocional grave y una lesión psicológica es necesario para establecer un caso viable.

Contratar a un abogado con experiencia en lesiones personales suele ser esencial al emprender una acción legal contra una ciudad. Con conocimiento en derecho de daños y una comprensión clara de los plazos de prescripción y los posibles daños compensatorios, estos profesionales pueden guiar a los clientes a través del complejo panorama legal. Una consulta con un abogado de lesiones personales puede proporcionar claridad y apoyo para abordar la difícil tarea de buscar justicia y obtener posibles daños económicos y no económicos.

Origen de una demanda por angustia emocional

Las reclamaciones por angustia emocional tienen sus raíces en el derecho de daños. Originalmente, estas reclamaciones no se reconocían como acciones independientes. Generalmente surgían como parte de una demanda más amplia que involucraba daños físicos u otros perjuicios tangibles.

Con el tiempo, el desarrollo del derecho reconoció la angustia emocional como un daño independiente, centrado en el sufrimiento mental causado por las acciones de otra persona.

Existen dos tipos principales de reclamaciones por angustia emocional: Causación intencional de angustia emocional (IIED) y Causación negligente de angustia emocional (NIED).

La IIED ocurre cuando alguien causa intencional o imprudentemente un daño emocional severo. La NIED, por otro lado, surge de la negligencia de una parte que conduce al sufrimiento emocional.

En ambos escenarios, el demandante debe demostrar que la angustia sufrida interrumpe su vida diaria y supera las molestias o decepciones pasajeras.

Se deben cumplir ciertos elementos clave para tener éxito en una demanda por angustia emocional. Estos incluyen demostrar que las acciones del demandado fueron extremas o escandalosas y resultaron en un daño significativo. La evidencia es crucial para demostrar la gravedad del impacto emocional.

En los últimos años, las reclamaciones por angustia emocional se han vuelto más comunes. A menudo acompañan casos relacionados con acoso, difamación o incidentes traumáticos en los que el bienestar mental del afectado se ve notablemente afectado.

Estas demandas reflejan una mayor conciencia y reconocimiento de los efectos profundos que el daño emocional puede tener en la vida de una persona.

Comprendiendo las dos teorías de responsabilidad por causación negligente de angustia emocional

La causación negligente de angustia emocional (NIED) es un concepto legal que permite a las personas buscar compensación por daños emocionales causados por acciones negligentes de otro. Se aplican dos teorías principales de responsabilidad: la teoría de «víctima directa» y la teoría de «espectador».

Teoría de la víctima directa: Según esta teoría, el demandante afirma haber sufrido angustia emocional derivada directamente del acto negligente del demandado. Normalmente, el demandante debe demostrar que el daño emocional fue una consecuencia previsible de las acciones del demandado. Esta teoría generalmente no requiere la presencia de una lesión física.

Teoría del espectador: Esta teoría permite a una persona reclamar angustia emocional si presenció un acto negligente que causó daño a un familiar cercano. Según esta teoría, los tribunales suelen requerir que el demandante haya estado presente en la escena y haya observado el incidente, resultando en una angustia emocional severa.

Estas teorías varían según la jurisdicción. Algunas áreas imponen pautas estrictas sobre las reclamaciones aceptables por NIED. Es posible que los estados exijan pruebas de una manifestación física de la angustia emocional, mientras que otros no reconocen una reclamación a menos que el daño emocional venga acompañado de una lesión física. Comprender las particularidades en cada jurisdicción es crucial para emprender este tipo de acciones. Los casos de NIED a menudo implican cuestiones legales y fácticas complejas, por lo que requieren asistencia legal con experiencia.